Texto de Bernarda Chaparro para 
Elisa Abadí Exposición Centro Cultural Chacao
 9 EJERCICIOS PROPUESTAS CURATORIALES Caracas 2011

“Es prestando su cuerpo al mundo que el pintor cambia el mundo en pintura” (Fenomenología de la percepción. Maurice Merleau-Ponty)


Gaston Bachelard afirmó una vez que “uno sueña antes de contemplar. Antes de ser espectáculo consciente, todo paisaje es una experiencia onírica. Sólo se miran con una pasión estética los paisajes que uno ha visto en sueños”.
                                 
Elisa Abadí propone nuevas puntadas y trabaja sobre una acción que actúa simultáneamente en el campo simbólico-social. Ella logra reconstruir la auténtica dimensión de la existencia de su arte con un mundo de metáforas. En esencia, captura una realidad que vive de forma tan intensa y tan viva que convierte ese proceso de creación en imágenes e impresiones con un toque de humor. Además, crea un espejismo dentro de una realidad punzante para una sociedad que ha olvidado ver más allá de su vida privada.

“…plantea o más bien replantea imágenes, específicamente personajes de nuestra cotidianidad comercial y sobre todo consumista. En pleno acto de irreverencia, tal como hacen los humoristas, Abadi contraataca a esas imágenes con el mismo irrespeto que el diseño publicitario nos trata…” (Miriam Perales Fuentes, artista plástico).

El entorno que la rodea se le manifiesta de forma controvertida y establece así, el reto de reconciliar su testimonio con el medio donde se desenvuelve de forma irreverente. Su intención es comunicar la integridad de la vida y suma de vivencias en recuerdos que confluyen en un mismo contexto. Asimismo, coloca al espectador en una situación desafiante para articular algún tipo de discurso con la vida cotidiana. Por consiguiente, la artista abre un conjunto de posiciones subjetivas, con el fin de conectar elementos en un debate sobre la realidad. Articula por lo tanto, la mirada con el propósito de colocar al público como aliado e intermediario. Exige igualmente, un pensamiento crítico riguroso con cuestionamientos en cada pintura que destila, con una chispa jocosa e inicia un largo recorrido contracorriente que descarga sobre una superficie de forma sagaz. En consecuencia, las cosas, los rostros y los lugares con los cuales ha tropezado son un juego tácito entre sueño y realidad.

“…el ser humano muere cuando (se) calla, cuando deja de inventarse una realidad que dibuja, a su vez, su propio rostro”(J.L. Borges).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu comentario es importante